Rutas en autocaravana: Toledo, castillos, olivos y algunos rincones secretos

Digan lo que digan, el rio Tajo es la columna que marca gran parte del turismo en la provincia de Toledo. Una ruta por Toledo, puede y debe empezar por la capital. La ciudad de las tres culturas ha servido como modelo de convivencia, pero no es el mejor lugar para moverse con una autocaravana. Aquí se viene a pasear y usar sus parking extramuros es una obligación.

r su coro, su sala capitular, su órgano, su retablo mayor y sus múltiples vidrieras, ha sido calificada por muchos como el “museo de los museos”. Y como es una ciudad para andar y no para conducir, siempre hay que guardar un rato para disfrutar de la Plaza de Zocodover y acercarse andando hasta la Puerta de la Bisagra, la principal de la ciudad y muestra de estilo plateresco.

Las cercanías de la capital guardan mucho de su ambiente rural. A pocos kilómetros entramos en un campo que perfila sus siluetas con los campos de olivos y grandes extensiones de cereal que marcan el límite de los pueblos. A pesar del loco desarrollo urbanístico, muchos de los pueblos guardan su ritmo cotidiano.

Un buen ejemplo lo encontramos en Guadamur, con uno de los castillos más arrogantes de toda Castilla. Esta localidad toledana de orígenes ancestrales está presidida por su imponente castillo. Mandado construir en el siglo XV por Pedro López de Ayala, Conde de Fuensalida, es el monumento más destacado de la localidad. Recorrer sus calles y visitar la plaza de Recesvinto, en honor del rey visigodo, con la iglesia de Santa María Magdalena, merece la pena. Tampoco se puede olvidar que aquí en Guadamur, en el siglo XIX se descubrió el Tesoro de Guarrázar, uno de los más destacados de orfebrería visigoda.

Por desgracia, es un lugar tan cercano que a veces no le prestamos suficiente interés. Parece imposible que estas tierras cercanas al río Guajaraz, guarden todo el encanto del campo manchego, a pesar de estar cerca de grandes urbes. Tierra de cigarrales y olivos, judíos, moros y cristianos al sur del río Tajo. Un lugar perfecto para conducir una autocaravana de cualquier tamaño, incluso alguna capuchina.

Seguimos nuestro periplo por las localidades del sur de Toledo para llegar hasta Layos. Para muchos, Layos es un pueblo anónimo. Para otros, el pueblo es famoso por el Palacio de los Condes de Mora, joya de la arquitectura del siglo XV. Aquí en Layos nos encontramos con uno de los mejores cocidos de España. La Higuera de José es un lugar de peregrinación y sus pucheros son un referente de cómo debe ser un cocido del S. XXI.

Vamos a salir a través de un mar de olivos, que por algo el aceite de Argés tiene mucha traición en la zona. Esta vez el camino nos va a llevar hacia el sur, camino de los Montes de Toledo. Seguimos por CM-4013 dirección Cuerva para posteriormente coger la CM-410 que nos llevará hasta nuestro siguiente destino, Sonseca. Muchas cosas podemos decir de Sonseca, pero si por algo es conocida, es por su mazapán.

Los fines de semana la carrera y los caminos son un paraíso para los ciclistas. Buen firme, carreteras con continuos desniveles y una temperatura que invita a madrugar para tomar una migas en alguna de las ventas cercanas.

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— EDC Mon Jun 15 21:00:00 +0000 2020

Su colección de personajes ilustres es casi más larga que sus numerosos monumentos. El castillo, la iglesia de Santo Tomas, el puente de los Cinco Ojos y su Plaza Mayor, compiten con doña Jimena, la mujer del Cid, o con Churriguera y una larga lista de frailes, obispos y monjes que asombra a todo aquel que investiga un poco sobre la historia de esta población.

Y otra buena opción es seguir el curso del Tajo, por la CM 4000. Las Barrancas de Burujon y pueblos como la Puebla de Montalban nos llevan por las orillas del Rio Tajo, hacía el norte, donde los pueblos y los palacios hablan de un pasado muy cercano.

Una tierra de leyendas que merece ser visitada y recorrida, además de disfrutada. Sin ir más lejos, el propio nombre de la Sierra de San Vicente ya cuenta una historia, la de los tres hermanos Vicente, Sabina y Cristeta, que escaparon de Talavera pero fueron capturados y enterrados en la iglesia románica de San Vicente.

La sierra se sitúa entre los ríos Tiétar y Alberche, lo que ya posibilita estacionar en pantanos como el de Cazalegas para, en verano, tomar un buen baño o, en momentos más fríos, simplemente quedarnos mirando la quietud de sus aguas, muy usadas para fines recreativos. Más de una decena de tranquilos pueblos de aire medieval nos ofrecen una imagen de la oferta gastronómica y artística del lugar, con citas obligadas como el castillo de Bayuela o la citada ermita de San Vicente.

Otros pueblos como Nombela, Navamorcuende, Hinojosa o Rapude, son perfectos para una escapada. Esa mezcla de caminata y carretera es perfecta. Sin embargo hay que advertir de la penosa señalización del ancho de las calles y eso nos puede traer problemas si nuestro vehículo es muy grande.

Otras poblaciones se pueden mezclar con estos pequeños pueblos. Realmente estamos a apenas una hora de Madrid por la A-5. En fechas prenavideñas nos encontramos con pequeños productores de mazapán y polvorones, que son casi tan importantes como otras joyas arquitectónicas como Maqueda y su castillo. Una zona de parking interesante está en la misma entrada, en la carretera de Ávila, con un aparcamiento de día y noche muy cerca del bonito pueblo.

Escalona, a penas unos minutos siguiendo nuestro camino por la A-5, o bien la carretera antigua de Madrid, es otro descamado pueblo a orillas del Alberche. De nuevo, pueden presumir de un espléndido castillo, el de don Álvaro de Luna, digno de un buen capítulo de Juego de Tronos y que además viene con leyenda incluida. Alfonso VI ordenó erigirlo para vigilar la frontera, y su finalidad militar brilla por sus cuatro costados.

Por lo demás, Escalona es un lugar con encanto: un castillo, una iglesia y una plaza de fuertes aires militares, pero ojo, también una playa que llama a los madrileños en época de calor. El agua la pone el río Alberche y el calor, ese sol que brilla con fuerza en los meses de verano. La comida, en el merendero perfectamente habilitado. Entre los chiringuitos dispuestos para nuestro entretenimiento podemos estacionar nuestro vehículo recreativo, y de paso acceder a numerosas rutas de BTT o trekking o jugar con los niños o nuestra mascota. Si preferimos un contexto algo más urbano, podemos irnos al propio pueblo. En el parking del polideportivo, en la Avenida de la Constitución, podremos encontrar espacio más que suficiente para estacionar nuestra autocaravana y pernoctar sin mayor problema.