Durante la crisis, el negocio de la compra de oro se disparó en Burgos, tanto que se llegaron a contabilizar 42 establecimientos en 2012.Sin embargo, la gran inversión solo en materia de seguridad (cámaras fuertes, videovigilancia, cristales especiales, alarmas...), que se eleva hasta los 50.000 euros, ha echado para atrás a muchos.A día de hoy apenas hay abiertas una docena, de las que cuatro tienen también la licencia de joyería.Lo que no varía son los robos que la Brigada de la Policía Judicial esclarece cada año, y que rondan la decena. La mayoría se achacan a empleados de hogar que sustraen, principalmente, joyas, y que se catalogan desde faltas hasta delitos si el valor de lo robado supera o no los 500 euros.
También se dan casos de personas que obtienen grandes beneficios al vender objetos de valor que pudieran pertenecer a personas de su entorno familiar, y ante la más mínima sospecha, el grupo de compraventa de la Policía Nacional se pone en contacto con sus allegados para alertarles de la situación. Sin embargo, los agentes no pueden actuar más allá de la advertencia, ya que si la joya, cadena o anillo se encontraba en el domicilio familiar, no se tipifica como delito. Mientras que años atrás el dinero obtenido en muchos de estos empeños de objetos valiosos de personas cercanas se empleaba para comprar droga, desde la Policía Nacional advierten el cambio de destino final hacia las apuestas, especialmente las deportivas.
Todos los establecimientos con licencia para comprar objetos de oro o especialidades -incluye la tasación de piedras preciosas- están adheridos a un sistema nacional online, en el que deben dar cuenta de todas las transacciones que efectúan, el valor, el vendedor, adjuntar una fotografía de lo adquirido o el peso de los metales. El proceso se digitalizó hace cinco años, y permite poder estar al tanto de todas las compraventas de joyas y distintos objetos que se producen en todo el país, casi al instante, para esclarecer un robo o una denuncia de sustracción.
Cada local debe custodiar, una vez compra un elemento, un mínimo de 15 días antes de sacarlas de nuevo a la venta o fundirlas, tiempo durante el cual el grupo de compraventa de oro de la Policía realiza las comprobaciones que estiman oportunas, principalmente cotejando las grabaciones que puedan figurar en las joyas con las denuncias de robo presentadas. Además, recomiendan fotografiar las joyas que puedan ser objeto de ser robadas, ya que contar con una buena imagen de estas puede ayudar, y mucho, a detectarlas si estas se ponen posteriormente a la venta.