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Deuda pública y la pobreza de las naciones (y III)

Recientemente, el Gobierno de esa calamidad histórica que es Pedro Sánchez presentó lo que se ha entendido como un "plan estratégico" para el 2050, uno en cuyas 676 páginas solo se hace mención tres veces, y de pasada, a "nuestra" deuda pública, unos pasivos nacionales que lo condicionan todo; es nuestra aunque la crea una partitocracia sin control. Un error de bulto que a nadie extraña pues hablamos de un aventurero sin escrúpulos, sin el más mínimo criterio sobre lo fundamental en Economía y cuyo supuesto doctorado en Economía no se lo cree nadie.Deuda pública y la pobreza de las naciones (y III) Deuda pública y la pobreza de las naciones (y III)

Estamos pues ante otra oportunidad pérdida de enmendar uno de nuestros errores históricos seculares: la mala reputación como pagadores, por no hablar de las trampas y mentiras continuas con la información económica y las estadísticas. Siempre que se habla de malos pagadores de deuda pública, aparecen las bancarrotas españolas. ¿Y eso es importante? Y tanto que lo es; de hecho, durante décadas, si no siglos, hemos tenido que pagar una prima de riesgo por los anteriores malos gestores, marchamo que volvió a repetirse cuando se conoció el increíble currículum de Zapatero (o el de Casado).

El límite "técnico"

En la primera parte de esta serie vimos el tema de la deuda pública desde la perspectiva histórica británica (doscientos años), mientras que en la segunda lo hicimos desde la estadounidense, centrándonos más en la forma de gobierno y en el cambio de orden y, tras la lectura de ambos, se deduce que nuestros problemas irán a peor.

De la segunda entrega dejamos pendiente un posible límite "técnico", no histórico, como los que vinos, que resumiría de la forma siguiente: ¿Si los países suelen tener un sector público de entre el 40 y el 50% del PIB, debería existir un límite técnico, no? No van a dedicar el total de ingresos a pagar intereses, cuando, de hecho, debería ser residual. ¿Y eso cuánto es? Veamos un criterio y un ejemplo.

Lo primero a considerar es que es imprescindible evitar la represión financiera, que normalmente se presenta como un robo al ahorrador que destruye la dinámica virtuosa de las economías de mercado, esa con la que se crean contribuyentes netos que paguen la deuda y que evita el mal japonés.

Siguiendo ese criterio básico, el interés real a diez años debería estar en torno al 2% en el bono público libre de riesgo, con lo que para un sector público del 50% del PIB, el 100% de duda PIB con una inflación del 2-3% (tipo nominal del bono 4-5%), el gasto en intereses sería casi del 8-10% del presupuesto, o 4-5% del PIB, más o menos la mitad de lo que gastamos en Sanidad, y si hoy no estamos ahí, o por encima, es porque se está robando a los ahorradores con la política de tipos bajos del BCE que además mata la generación de contribuyentes netos.

En España, en 2011, con la primera legislatura de Zapatero llegamos a nuestro límite, se disparó la prima de riesgo y la UE tuvo que auxiliarnos. Además, el establishment europeo ha intentado, vía inmigración masiva, ampliar el PIB nominal para seguir con su fiesta, pero como eso es un error grave, ahora tenemos dos males, el japonés y el de la inmigración mal hecha. Por lo visto seguiremos así hasta que reviente el orden disfuncional que padecemos.

De Japón a Francia

Deuda pública y la pobreza de las naciones (y III)

El caso de Japón lo vengo estudiando, aquí publicamos varios artículos, desde que empezó su deflación, allá por los 90's, y creo que he olvidado más de lo que aprenderían, si se pusieran a estudiarlo, los burros saqueadores de "lo público" que nos mal gobiernan. Los japoneses, como nosotros, padecen una de las peores partitocracias y establishment del mundo desarrollado, calamidades a la que se suma el problemón de China y Corea del Norte, mientras nosotros tenemos el de Marruecos.

Luego está el caso francés, pilar maestro de la UE, que está en una guerra proxi con Turquía en Libia mientras el Parlamento Europeo aún evaluaba la posible entrada de los otomanos en la UE, todo un signo de disfuncionalidad de un engendro que se cae a trozos. De momento controlan bastante a Marruecos, España y Argelia, no así a su deuda.

Francia tiene el mejor sistema electoral del Planeta (uninominal a doble vuelta) pero el peor establishment político de Europa (nivel japonés), uno que se está cargando sus joyas empresariales, que vimos al analizar su bolsa, digno heredero del que impidió el cambio de orden tras la Primera Guerra Mundial y que les llevó al borde de la desaparición; en agradecimiento por su rescate, gustan de insultar siempre que pueden a quienes les salvaron. ¿Creerán que les volverá a rescatar alguien?

Regeneraciones fallidas

El Reino Unido, además de entender la nueva Pax Americana, tuvo una regeneración fallida pero la ha superado y va muy bien. Francia no, la tratamos en su momento, tan predecible como el intento fallido alemán con Annegret Kramp-Karrembahuer, que también adelantamos; no extraña pues que militares franceses y la mayoría de la población adviertan de un conflicto civil por el tipo de inmigración que hacen, enfrentamiento del que venimos advirtiendo desde hace años, pues es una ley histórica, siendo lógico que la mayoría de sus ciudadanos no quiera más inmigrantes, que lo dicen en general pero si concretaran sería diferente.

El parapeto "europedante" se aguanta porque los alemanes se toman en serio la deuda pública. Estos grandes beneficiarios de la vieja Paz Americana tienen un sistema electoral de lo más taimado: una partitocracia que concede representación lo justito para que el Pueblo aporte soluciones al Establishment que las aplica según sus intereses. Se anquilosaron con Merkel, heredera de Kohl - échenle décadas -, el tiempo pasó y ahora los Grünen le han cogido el truco al trile electoral; además tienen que aguantar al desastre disfuncional de los miembros y miembras de la UE. Negro panorama el que nos viene.

La Europa zombi

En la escala de economías zombi europeas Italia, principal causa de los QE, siempre iba por delante, de ahí que le dedicáramos varios trabajos en este blog, seguida de Portugal. España no estaba en esa senda pero se la ha metido poco a poco. El ascenso de Draghi o el enorme apoyo de la UE a la pequeña Portugal, son solo meras ilusiones para dar hilo a la cometa, porque mientras no cambien el orden partitocrático, seguirá la destrucción de las naciones y su insostenibilidad fiscal.

Cuando uno ve los datos de endeudamiento público histórico, más allá de hechos de importancia (Reunificación italiana, alemana, Guerra del 98), lo que se constata es que solo un cambio de orden, tras una crisis en que la propia existencia de la nación está en peligro, hace posible la reducción del peso de la deuda, orden nuevo que luego degenera produciéndose otro problema existencial, dándose así un ciclo histórico de casi cien años donde las naciones se juegan su supervivencia. Unas tienen éxito y perviven, otras fracasan y desaparecen.

Ajuste duro y "post-libertad"

Tras más de cuarenta años con una tasa media de paro por encima del 16%, llega, de forma bastante irregular, el Gobierno de Sánchez decidido a enfriar la economía, que es lo peor que se podía hacer, no solo en términos de deuda pública. Posteriormente, se unen a la ultraizquierda, que viene con una clara agenda de mayor destrucción demográfica, una tan siniestra que incluso la mujer de Iglesias III se derrumba periódicamente ante lo nefario de sus propuestas, que ya se ve que no tiene la programación suficiente como para disociarse de los males que causa. Hay que anular España y controlar la península, está claro.

Tema distinto es que el cártel televisivo tape dicha agenda con un "obscenario" de buenas intenciones, uno que nos lleva a un mesianismo hedonista suicida peor que el escenarios que previmos en 2011, como si insistiendo hasta el extremo en el error se fuera a acertar. Ineludiblemente, el choque con la realidad, como con Marruecos, será brutal, obligando a un ajuste de los perceptores de rentas altas de "lo público" que será más duro del que previmos en 2010. Ya no habrá más rescates y la "desmovilización" de parásitos, en nuestra burocracia local e internacional, tendrá que ser del calibre de la que se hizo en los ejércitos e industrias tras la Segunda Guerra Mundial.

Luego están los que, en su infantilismo e ignorancia, porque creen que somos un juguete, sueñan con la opción Casado, tras el impulso dado por Ayuso. Es la fantasía "post-Libertad". Triste esperanza, pues este Sánchez de la derecha socialdemócrata, con o sin la muleta de Vox, es totalmente incapaz de llevar a cabo los cambios necesarios y solo prolongará la agonía de un orden y pensamiento dominantes del todo disfuncionales que está destruyendo a España. Lo que viene será muy duro en todos los órdenes y no se pudo ni se quiso evitarlo, así que dejen de fantasear que lo pondrán peor.

Todo indica que, como en el pasado, el nuevo orden secular vendrá por las malas, lamentablemente, y nada garantiza que España perviva, salvo que matemos la partitocracia y consigamos elegir representantes, claro. Ustedes mismos.

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